El planeado consiste en utilizar una herramienta giratoria para dejar plana la superficie de la pieza. Por lo general, para ello se utilizan fresas de placas intercambiables. La productividad (volumen de desprendimiento) y la calidad del acabado superficial (rugosidad) desempeñan un importante papel en esta aplicación.
En las fresas para planear a menudo conviene ajustar el borde de corte. El ángulo de posición de los bordes de corte influyen en la dirección en que se ejercen las fuerzas de corte. Lo mejor suele ser un ángulo de ataque de 45°, ya que así se equilibran las fuerzas axiales y transversales. La productividad aumenta considerablemente derivando de forma proporcional las fuerzas de corte en dirección al husillo. En las piezas de paredes delgadas, por el contrario, se recomienda un ángulo de ataque de 90°, a fin de reducir la presión sobre la pieza. Otra posibilidad es usar fresas con placas intercambiables redondas. Las placas circulares regulan de forma flexible el flujo de fuerza a través de la profundidad de pasada. Una profundidad de corte de la mitad del diámetro de la placa se corresponde con un ángulo de ataque de 45° aproximadamente.
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